¡Sal del piloto automatico!

Existir es un asunto serio. Nos sucede de forma constante mientras nos duchamos, nos lavamos los dientes, planificamos una cita romántica o nos vamos a acostar. Existir es esta actividad que nos sucede las 24/7.
Y bueno, ya estamos acá. Puede que sepamos o no la razón de por qué estamos acá, pero en términos últimos todos nos vemos enfrentados a la simple verdad de nuestro momento presente.
El tema es, ya sea que vivas en el paraíso tropical o tengas una rutina de ciudad, muchas veces nos vemos mirando por la ventana y preguntándonos qué más hay de la vida que me gustaría experimentar. Porque incluso las experiencias más extraordinarias pueden volverse monótonas.
La naturaleza única del presente, por supuesto, está dado no tanto por las experiencias sino por la pureza de nuestra percepción de dicho presente. Explicado de otra forma, siempre hay algo único sucediendo a nuestro alrededor. Somos nosotros los que somos o no capaces de ver eso que nos rodea.
Pero volvamos al asunto que nos convoca.
Todos creamos nuestra realidad. Cuando no sabemos que creamos nuestra realidad, ni cómo estamos creando nuestra realidad hacemos esto en “piloto automático”, o sea, lo que nos llega a la vida y lo que nos permitimos experimentar estará condicionado por lo que creemos posible, por las desiciones de nuestro pasado y la capacidad creativa que tengamos de imaginar algo que queramos para nosotros o no.
En muchos casos, es la sociedad la que ha determinado lo que es “bueno” para nosotros y por lo tanto, sin mayores cuestionamientos, seguimos esos lineamientos ciegamente, solo para descubrir (muchas veces en la crisis de los 40) que nunca nos detuvimos a preguntarnos LAS preguntas claves.
“¿Qué quiero experimentar?”
“¿Qué es lo que realmente quiero vivir?”
Hace unos días atrás, examinando mis emociones, me encontré con la verdad de que me había dejado de escuchar. Me había dejado de preguntar “qué quiero” y a raíz de esto mi experiencia diaria había disminuido sus niveles de magia a los que acostumbro crear en mi día a día.
Siendo alguien que lleva practicando el hábito de la Auto-observación por décadas y Creación Consciente por varios años, sé que lo que pido llega a mi: siempre.
Entonces me detuve a observar con más detención. Y me di cuenta de la transición por la que estoy actualmente pasando en mi vida y cómo esa transición me estaba pidiendo que me detuviera, me escuchara atentamente y luego manifestara desde esa claridad.
Una nueva metodología
Al escucharte atentamente, buceando más profundo que lo que “crees que es bueno para ti” o “lo que piensas que debes experimentar en la vida”, la idea es darte permiso a preguntarte: ¿Qué quiero?
… Si pudiera ser o tener cualquier cosa en mi vida ¿qué sería, qué tendría, qué haría?
Al realmente escucharnos, nos conectamos con la energía potencial que siempre ha estado dentro nuestro.
Y este es el secreto: al simplemente ponernos en contacto con esa energía, permitirnos sentirla y darnos permiso para que se exprese a través nuestro, estamos manifestando eso en nuestra existencia.
Esto es lo que estoy observando, tiene relación con Crear desde “Dentro hacia Afuera”, desde la energía a lo que crea el pensamiento, luego la emoción, luego la materia y la experiencia.
Cuando manifestamos de la forma tradicional, muchas veces funcionamos desde afuera hacia adentro: desde la materia (qué quiero tener) hasta quién debo ser para tener eso, cómo me voy a sentir y cuál es la energía involucrada.
De esta forma además, no puedes fallar. Lo que va a llegar a ti va a estar en alineación con la energía de gozo que estás sintiendo.
Si tu experiencia de vida está monótona comienza por recordar que siempre puedes crear magia incluso en la más monótonas de tus rutinas.
Para esto te propongo 3 estrategias:
- Decreta al Universo que te sorprenda: pide que te traiga experiencias, personas, situaciones diarias cotidianas más allá de tu imaginación, que te den una sonrisa, te enseñen algo nuevo, te llenen de energía vital.
- Ábrete a nuevas posibilidades: Para esto, revisa tus sistemas de creencia. Límpiate de desconfianzas, miedos al fracaso, falta de imaginación y conecta con, al menos, la idea de que algo fascinante pueda llegar a ti a la vuelta de la esquina.
- Déjalo todo y tírate al vacío: Haz algo que nunca harías, renuncia a tu trabajo, toma un camino al trabajo que no conocías, come en un restauran nuevo, llama a alguien con quien no hablas hace mucho tiempo, vístete de forma completamente diferente por un día.
Un tip extra: en mi vida, suele pasar que cuando estoy en movimiento es que me suceden las cosas más extraordinarias, por algo lo llaman “estar en el Flow”. Pero independiente de si estoy en mi país, con mi rutina diaria, cada vez que me recuerdo a mi misma que me quiero abrir a nuevas experiencias, siempre hay algo que viene a sorprenderme.
Por lo tanto, deja el piloto automático y comienza a tomar las riendas de tu vida. Y si no lo haces, al menos se muy consciente de cuál es tu excusa 🙂