Las enseñanzas de Jesús que nos unen y las interpretaciones que nos separan

El siguiente artículo es una exploración acerca de los desafíos de un Maestro despierto en enseñar lo que trasciende las palabras. Como ejemplo, dos de las expresiones de Jesús, cómo se interpretan de manera popular y una propuesta de interpretación diferente, más holística, de su significado y aplicación a la búsqueda espiritual de las personas.
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Maestro es cualquier persona que despierta a la Verdadera Esencia de los que Somos. Así, han habido muchos, muchos maestros de distintas lenguas y culturas que han trazado formas y caminos para Realizar el Ser.
Al Realizar el Ser (esencia de lo que todos somos) conectamos con la Verdad última que tiene relación con el hecho de que somos, de que existimos. Espacio siempre-presente que está más allá de lo que podemos explicar en palabras y que revela nuestro Estado Natural: Amor, Gozo, Luz.
Las palabras no bastan para explicar la experiencia que está más allá de las palabras.
Es así como se dice que las primeras palabras del Buda cuando llega al estado de la iluminación fueron: “esto no puede ser enseñado”. Y este es el gran desafío de los maestros quienes han decidido expandir la más simple y profunda de todas las verdades: tú eres todo lo que estás buscando.
La maestría la puede alcanzar cualquiera, se trata de un Estado de Consciencia y no un premio a nuestras acciones. De hecho, el Estado de Ser despierto es nuestro estado natural y la condición de “estar dormidos” es impermanente e insostenible en el tiempo. Tarde o temprano, despertamos a lo que siempre somos y hemos sido.
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La forma en que un maestro puede elegir dar el mensaje de despertar y conexión con la divinidad interna estará condicionada por la cultura a la que enseña. Dicho de otra forma, para que el mensaje (que es siempre simple y el mismo) sea entendido por las personas a las que el iluminado quiere llegar, entonces una forma será explicar de una manera que los demás entiendan, o sea, basado en los mismos sistemas de creencia.
En otras palabras, las metáforas, historias y ejemplos estarán teñidos de los sistemas de creencia de esas culturas.
La Verdad ha sido explicada de mil formas diferentes, de mil colores distintos.
La Verdad es Una y tiene relación con el Estado de Ser que todos compartimos.
La enseñanza de los Maestros despiertos trascienden siempre los sistema de creencia de las sociedades y personas, sin embargo, estos usan estos sistemas como camino para que otros puedan llegar a lo simple de una forma coherente. Esto en si mismo no es necesario y un Maestro trascendido lo sabe.
Explicar lo inexplicable, lo que trasciende las palabras a través de las palabras, es un desafío. Las palabras no tienen la capacidad de expresar la Verdad, porque la verdad trasciende las palabras.
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Hay infinitas formas de despertar a lo que Somos. Las religiones son una de ellas, son espacios que priorizan la espiritualidad y la conexión con lo divino.
Desafortunadamente, la mal-interpretación de las religiones nos han llevado a pelear guerras para probar que una u otra creencia tiene la “razón”. Que uno u otro maestro era el “verdadero”, que uno u otro Dios es el “real”.
Y esto es lo triste. Este artículo lo escribo inspirada en que podamos encontrar una comprensión más holística en lo que nos une y de qué forma nos estamos perdiendo en las interpretaciones y alejándonos de lo que realmente querían expresar.
Como ejemplo, y debido que crecí en un colegio Católico-Cristiano, me interesa analizar dos clásicas frases de Jesús y de qué forma estaban diseñadas para unirnos con nuestra Divinidad, pero sin embargo, su interpretación errada nos separa.
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“Yo Soy la Verdad – Yo Soy el Camino”
Todas las creencias son verdad para quienes las creen. Cuando pensamos que “Jesús” es la verdad o “Jesús” es el camino, estamos diciendo que hay “otros maestros u otros caminos que no lo son”.
Si esto fuera así, un indígena en el Amazonas, un extraterrestre o un Egipcio anterior a la época de Jesus estaría condenado a no acceder las verdades más profundas de nuestro Ser.
¿Qué es lo que Jesús estaba realmente diciendo con esta expresión?
“YO SOY”, es la Verdad. El Estado de “Yo Soy” ES el estado de Verdad.
Esto lo confundimos con “Jesús es el camino”. Esto trae en sí mismo las siguientes consecuencias:
- Al ser “Jesús” el camino debo seguirlo a él (y sólo él) para encontrar a Dios y la Divinidad. Cuando a lo que Jesús apuntaba es “tu ya eres divino”, “tu estado de YO SOY” es la Verdad de tu Ser y lo que estás buscando”.
Así, pensamos que debemos seguir al mensajero (llámese Jesús, Buda, Moises, Ramana, Gandhi, Osho, etc.). En el momento en que creemos que es un otro el que puede calificar si somos o no merecedores de conectar con la Divinidad de lo que somos, nos perdimos.
“YO SOY EL CAMINO” entendido desde el punto de vista del estado “YO SOY”, nos libera. Todos Somos. Y esto es lo que todos los maestros ascendidos hablan, de todas las religiones y credos. Cuya interpretación malentendida ha creado separación y disputa.
“La disputa” viene de creer que cuando defendemos la creencia, seremos premiados, si defendemos “la palabra de Jesús, Buda, Osho, etc.”, seremos premiados. Si pensamos que merecemos ser premiados (o castigados), es porque estamos funcionando bajo la creencia de que debemos ser “mejores personas” para merecer, lo que se traduce en: “no soy suficiente tal y como soy”.
Tenemos mucho de esto en la falsa creencia de que “somos pecadores”.
Por que la verdad es que “Mereces todo solo por el hecho de existir”.
Pero cuando la Divinidad es el estado de YO SOY, somos libres, independiente de nuestra raza, set de sistemas de creencia, educación, etc., siempre merecemos, porque YA SOMOS COMPLETOS.
El Estado de YO SOY no juzga, la Realización del Ser tiene completa y absoluta relación con: Realizar que Soy.
Paralelo a “YO SOY LA VERDAD”, la segunda expresión es: “YO SOY EL CAMINO”. Esta expresión, un poco más profunda se refiere a la Verdad de que “SOMOS UNO CON EL TODO” o, en otras palabras: “LA DIVINIDAD LO ABARCA TODO” y por lo tanto, “cuando Despierto a la Divinidad de lo que SOY, me uno con el todo” o “me doy cuenta de que nunca estuve separado.”
Esto lo confundimos con “Jesús ES el camino” y así, nos perdemos pensando que debemos seguir al mensajero una vez más: externalizamos la divinidad en un otro, nos desconectamos de nuestra divinidad interna.
Entender las enseñanzas de manera integral es clave, porque nos libera.